Ella se viste para irse, se coloca esos pantalones anchos que tanto le gustan y que han sobrevivido al desgaste de los años. No le gusta maquillarse, se siente hasta orgullosa de sus glándulas sebáceas. Prefiere las franelas sin mangas, de colores claros pero nunca con estampados. Ha sido tildada de descuidada, poco femenina, de machorra. Tiene pocas tetas y poco trasero, pero los complejos los superó en la juventud. A estas alturas, más se frustran los demás por su aspecto que ella misma. Él es un coqueto. Le encanta perfumarse, estar siempre afeitado. Cuida su cabello y su piel tanto como a su espíritu. En ocasiones se echa un polvo compacto, porque sí sufre por su sebo. Su familia siempre lo creyó "raro", demasiado delicado. A veces se deja convencer para dejar esa barba al ras que tanto ama su compañera. El ejercicio es infaltable, le gusta verse guapo y sabe que lo es... Le cuesta convencer a ella para ejercitarse juntos. En ocasiones lo logra. Los unió
Prosas apestosas, inconformidades constantes, situaciones menos relevantes, confesiones fugaces. ¡Restablece ideales, destapa tu mente y libera a tu demente!