Nacimos de alguien, vivimos por nosotros, morimos para la vida. Nuestro cuerpo para nosotros, nuestra mente para los cambios, ninguno propiedad de nadie, solo de nosotros. Así es que, nadie nos pertenece, somos libres en nuestro encierro, o somos tan esclavos como queremos ser. Celos, abuso, violencia, fidelidades carnales... a ninguno estamos obligados, excepto porque así nos enseñaron, ¿y de cuando acá toda enseñanza es buena? ¿Cómo saber qué es lo correcto? ¿Cómo conocer otro resultado si no cambiamos los factores? Como ya se ha dicho... Hay que aprender a desaprender constantemente. Somos solo nuestros, somos de la vida, la naturaleza es la única que puede controlarnos, reseteemos el cerebro; volvamos a empezar. Dejemos esos temores, seamos capaces del cambio. Aún eso, depende de nosotros. Mgm.
Prosas apestosas, inconformidades constantes, situaciones menos relevantes, confesiones fugaces. ¡Restablece ideales, destapa tu mente y libera a tu demente!