En ciertas ocasiones puede aplicarse literalmente la frase de: Las cosas suceden cuando menos las esperas... Y es que... ¡Puede llegar a ser tan cierta! Pero, ¿cómo dejamos de pensar en algo que deseamos para no caer en la ansiedad? ¿Cómo nos enfocamos en otra situación cuando hay una que carcome nuestro ser? Es muy fácil decir que distraigamos la mente, pero no es nada sencillo aplicarlo, aunque siempre existan situaciones que merezcan nuestra atención, porque la vida no se basa sólo en un suceso, sino en una compilación de hechos. ¡Pero somos seres tan emotivos! Tal vez serlo menos, evitaría ciertas reacciones y fuéramos más racionales ^^. Pero nuestra esencia es esa, y no cambiará... Y tocará resignarnos a que en algunos momentos, cosas que ansiamos enormemente (no por ello las más importantes o necesarias), no lleguen. Hasta que decidamos que será así o simplemente la situación se torne menos relevante en nuestra vida y, cuando ya no tenga ninguna importancia, ésta te dirá: ¡Sorpr
Prosas apestosas, inconformidades constantes, situaciones menos relevantes, confesiones fugaces. ¡Restablece ideales, destapa tu mente y libera a tu demente!