Y un simple título de un artículo publicado por el Chigüire Bipolar, se prestó para mencionar algunas ironías de nuestra sociedad (sólo venezolana, en este caso).
Conmemorar la invasión española a los pueblos indígenas habitantes de estas tierras... Siempre nos lo enseñaron como la mezcla de razas, culturas. A pocos nos mostraron la otra cara de la moneda. Y eso por llamarlo de alguna manera... Creo que nunca determinaremos qué tanto se hizo o deshizo en esa época. El caso es que algunos sí pudimos conocer más o menos la carga de violencia, abuso de poder, engaño y violación que formó parte de estos aconteceres que determinaron lo que somos.
Pero lo que más me causa curiosidad, y va directamente relacionado con el título que mencioné, es cómo defendemos una causa de la que en realidad, no tenemos completa afinidad. Es decir, ¿cuántos acá descendemos de indígenas? ¿Cuántos hablan algún dialecto de éstos? Tomando en cuenta que somos más país de inmigrantes que otra cosa, muy pocos tendrá directa relación con la población original de este país.
Y ni qué decir de la religión... Catolicismo implantado por esa invasión, enseñanza obligatoria a los indígenas sobre SU dios, sustitución de nombres por otros más "católicos", más "españoles". Ignorando completamente los ideales de estos seres, sólo para establecer la "verdad" de los españoles.
Creo que actualmente, si alguien no perteneciente a una tribu indígena, creyera más como ellos lo hacían, con sus dioses de la lluvia, del sol, etc., lo mirarían hasta raro. Sólo por creer diferente, por estar inventando dioses que no existen, porque claro, el cristiano es el verdadero (tómese cristiano como cualquiera que crea en Cristo, no sólo evangélicos).
Y entonces defendemos y estamos en contra del abuso propiciado a los indígenas, pero en el fondo no tan hondo, ni siquiera podemos colocarnos en su lugar. Además, para bien o para mal, de no ser por todo ese caos, no seríamos quienes somos (seguramente seríamos mejores).
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