Empatía en términos coloquiales es simplemente tener la capacidad de ponernos en el lugar de otra persona, otra situación y poder establecer un criterio -seguramente distinto- en base a ese "cambio" en comparación a lo que pudimos idealizar inicialmente.
Pero en muchos aspectos de la vida, nunca aplicamos este término, no lo tomamos en cuenta, para después pretender exigirlo de los demás hacia nosotros o determinado momento que estemos viviendo.
En un sinfín de situaciones se puede observar este comportamiento, desde cualquier conflicto en el hogar hasta una atención médica. Donde, tristemente, la enseñanza que nos implementan desde el inicio de la carrera, va basada a la no involucración emocional con el paciente, o en su defecto, crear una falsa confianza para cumplir con nuestros requerimientos académicos. ¿Es que acaso somos un ente meramente somático? ¿Cómo carajo te desprendes de tus emociones? Recordando que somos las criaturas más volátiles y cambiantes cuando de sentimientos se trata.
Simple y sencillo: ignorar la situación emocional de otro que depende de tu atención, no es sólo un bloqueo, es una acto de desconsideración. Y me sabe a mierda que lo que me enseñen sea que no me importe cómo se sienta el paciente... Me hago una promesa de no caer en esta situación, sino me autoflagelaré (no tanto, pues). Ya que con estas actitudes, nos transformamos en médicos meramente técnicos, robóticos y, como bien dijo una profesora, nos olvidamos de las herramientas HUMANAS.
¿Es necesario llamar a un psiquiatra porque tú, médico especialista, general o residente, no puedes calmar a tu paciente? Idiota, primero fuiste humano que médico.
Alimentemos nuestro lado filántropo -sin dejar de lado el académico- y por sobre todo, recordemos el punto de la empatía y creemos un estado de equilibrio. Cuando caigamos en estos momentos, preguntémonos cómo nos gustaría ser atendidos. Se puede lograr una gran diferencia...
Mgm
Mgm
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