En ciertas ocasiones puede aplicarse literalmente la frase de: Las cosas suceden cuando menos las esperas... Y es que... ¡Puede llegar a ser tan cierta!
Pero, ¿cómo dejamos de pensar en algo que deseamos para no caer en la ansiedad?
¿Cómo nos enfocamos en otra situación cuando hay una que carcome nuestro ser?
Es muy fácil decir que distraigamos la mente, pero no es nada sencillo aplicarlo, aunque siempre existan situaciones que merezcan nuestra atención, porque la vida no se basa sólo en un suceso, sino en una compilación de hechos.
¡Pero somos seres tan emotivos! Tal vez serlo menos, evitaría ciertas reacciones y fuéramos más racionales ^^.
Pero nuestra esencia es esa, y no cambiará... Y tocará resignarnos a que en algunos momentos, cosas que ansiamos enormemente (no por ello las más importantes o necesarias), no lleguen.
Hasta que decidamos que será así o simplemente la situación se torne menos relevante en nuestra vida y, cuando ya no tenga ninguna importancia, ésta te dirá: ¡Sorpresa! y ¡sí que lo será! ;)
Pero como soy objetiva y equilibrada (o trato de serlo), aparece el lado pesimista que indica que no sólo te sorprenderán gratamente... Sino todo lo contrario, jajá.
En dado caso, ¿cómo estar preparados ante las sorpresas? Eso de ir canalizándolo, no; sino mi afirmación no tendría validez... Entonces... NADA.
Al avecinarse una situación deprimente, molesta, etc., enfrentémosla y ya. La decisión asertiva o no podría cambiar el rumbo de una situación.
Ojo con eso.
D:
Comentarios
No se puede amar y pensar simultáneamente.
Me gusta la emotividad.. Creo que nos da un toque. El rollo es cuando esta se impone al raciocinio.. Que por cierto, qué frase tan cierta! Lo de amar y pensar al mismo tiempo... D:
Incluso pienso que se disfrutaría en mayor medida, habrían menos complicaciones, menos posesividad, menos obligaciones en cuanto a parejas se refiere.
Pero esta el otro asunto, el que aun no sintiendo se inventa una excusa para... bueno, esa parte que ya debes saber, tener con quien arrimarse y hasta quien le lama las botas (porque ese es otro defecto del amor) el centro de gravedad se transpola a otro individuo, y es como una obra en la que pasamos de ser el protagonista, a tramoyista.
En cuanto a lo último, si esa transpolación es mutua, supongo a nadie le importará xD terminarían siendo protagonistas y tramoyistas at the same time... pero definitivamente aún seguimos siendo seres tan emotivos, que por donde sea buscamos el afecto y eso, aunque sea lo que menos encontremos en determinadas personas...